Editorial: Aclarando el rol de ICE y CBP: la autoridad federal no se extiende a la delegación de ciudadanos comunes

No es un agente de la ley federal, sino un cazarrecompensas que infringe las leyes estatales y federales.

En los últimos meses, se ha difundido desinformación en redes sociales y en el discurso político, sugiriendo que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) o la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de EE. UU. tienen la autoridad para delegar a ciudadanos estadounidenses comunes en la aplicación de la ley migratoria. Esta afirmación no solo es engañosa, sino categóricamente falsa, y su persistencia podría socavar la confianza pública en las fuerzas del orden federales y generar peligrosos malentendidos sobre el estado de derecho.

Seamos claros: ni el ICE ni la CBP designan a ciudadanos estadounidenses comunes para fines policiales. Estas agencias cuentan con oficiales y agentes capacitados y juramentados que se someten a rigurosas verificaciones de antecedentes, capacitación especializada y rinden cuentas ante la ley federal. La idea de que a los estadounidenses comunes se les puedan otorgar las facultades de agentes federales de las fuerzas del orden es una invención sin fundamento legal ni político.

Entendiendo las Agencias

  • El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) opera bajo el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y es responsable de hacer cumplir las leyes federales que rigen el control fronterizo, las aduanas, el comercio y la inmigración. Sus agentes son profesionales altamente capacitados encargados de investigar violaciones a la ley de inmigración, la trata de personas, el contrabando y otras amenazas a la seguridad nacional.
  • La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) es la agencia encargada de la seguridad fronteriza en los puertos de entrada y entre ellos. Los oficiales de la CBP y los agentes de la Patrulla Fronteriza son agentes federales encargados de hacer cumplir las leyes de inmigración, aduanas y agricultura.

Ambas agencias trabajan dentro de un marco legal establecido por el Congreso y supervisado por el DHS y el sistema judicial más amplio.

¿Por qué no se produce la delegación?

El concepto de delegación —donde una agencia gubernamental autoriza temporalmente a civiles a actuar en su nombre— no es inédito en la historia estadounidense, particularmente en tiempos de guerra o emergencia. Sin embargo, en el contexto moderno, especialmente en lo que respecta a la aplicación de la ley migratoria:

  1. Restricciones legales : No existe ninguna ley federal actual que autorice a ICE o CBP a delegar a ciudadanos privados en la aplicación de las leyes de inmigración.
  2. Capacitación y rendición de cuentas : Las fuerzas del orden requieren una amplia capacitación, conocimientos jurídicos y medidas de rendición de cuentas. Empoderar a personas sin la capacitación adecuada supondría graves riesgos para los derechos civiles y la seguridad pública.
  3. Cadena de Mando : Las agencias federales operan bajo estrictas cadenas de mando y supervisión. Permitir que personas no oficiales actúen como agentes socava el debido proceso y podría dar lugar a abusos de poder.

El peligro de la desinformación

Promover la creencia de que el ICE o la CBP pueden delegar responsabilidades a los ciudadanos alimenta las teorías conspirativas y el vigilantismo. Puede animar a las personas a tomarse la justicia por su mano, lo que deriva en acoso, detenciones ilegales y discriminación racial, todo lo cual erosiona la confianza de la comunidad y viola derechos constitucionales.

Además, estas afirmaciones distraen de los debates reales sobre la reforma migratoria, la seguridad fronteriza y los desafíos que enfrentan estas agencias. Además, generan un temor innecesario en las comunidades inmigrantes, polarizando aún más un tema ya de por sí polémico.

Conclusión

Es vital que sepamos distinguir entre la realidad y la ficción en lo que respecta a la aplicación de las leyes migratorias. ICE y CBP son agencias federales profesionales que llevan a cabo misiones complejas y difíciles conforme a la ley. Difundir falsedades sobre sus operaciones perjudica al público y amenaza la integridad de nuestras instituciones democráticas.

Instamos a la ciudadanía a confiar en fuentes de información fiables y a abordar las afirmaciones sobre las agencias federales con escepticismo y pensamiento crítico. En tiempos de profunda división política y desinformación generalizada, la claridad y la verdad son más importantes que nunca.


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