
Las rotondas han estado apareciendo en Santa Ana durante varios años, primero como instalaciones temporales, luego como elementos permanentes. El centro de la ciudad vio su primera rotonda en las calles Tercera y Bush, y en los últimos años, se han expandido a barrios residenciales como parte de la estrategia más amplia de la ciudad para moderar el tráfico.
Las autoridades municipales promocionan las rotondas como una medida de seguridad comprobada, citando estudios que demuestran que reducen la probabilidad de accidentes mortales y con lesiones graves en comparación con las intersecciones convencionales. Por su diseño, las rotondas reducen la velocidad de los vehículos y eliminan puntos de conflicto de alto riesgo, como giros a la izquierda y colisiones frontales, comunes en intersecciones con semáforos o con control de parada. Se espera que los conductores cedan el paso al tráfico circulante, reduzcan la velocidad al acercarse y señalicen antes de salir.

Pero algunos residentes ahora argumentan que estas mismas características están creando nuevos peligros. El 19 de noviembre de 2025, María Rubalcava de Ruesga, de 69 años, fue atropellada y falleció por un camión de basura mientras cruzaba un cruce peatonal cerca de la intersección de las calles Bishop y Shelton, donde se instaló una rotonda hace aproximadamente un año. El Departamento de Policía de Santa Ana está investigando el accidente, y los vecinos han expresado su preocupación de que la disposición de la rotonda pueda estar contribuyendo a condiciones peligrosas tanto para peatones como para conductores.
Menos de dos semanas después, otro accidente grave ocurrió en las cercanías. Según un registro de despacho de la OCFA del 28 de noviembre de 2025, a las 23:56, varios vehículos colisionaron en la intersección de las calles North Bush y East 8th, el mismo corredor que la rotonda del centro. Unidades de la División 6, incluyendo el Batallón 9, la Unidad de Motor 75 y el Camión 75, acudieron al lugar.

Los residentes de la zona reportan un aumento en el exceso de velocidad y confusión sobre las normas de derecho de paso, particularmente en una rotonda que reemplazó una antigua intersección de cuatro vías. Algunos afirman que el cambio ha vuelto la intersección más caótica, no más segura, aunque la ciudad no ha publicado datos oficiales de accidentes que comparen las condiciones antes y después de la instalación.

Mientras Santa Ana continúa modernizando las intersecciones con rotondas para mejorar la seguridad del vecindario, los miembros de la comunidad solicitan una revisión más exhaustiva de su diseño, ubicación e impacto, especialmente en zonas con alta actividad peatonal.









